Tengo menos de una semana de haber vuelto de la misión. Siento como que si nunca me fuí. El tiempo corrió y al volver a casa veo que todo sigue igual... Las cosas no han cambiado mucho. Por mi parte, aprendí a cambiar.
Extraño mucho la misión, extraño la presencia de mis compañeras, de las personas y de mis presidentes de misión. Qué alegre me siento de haber cumplido con una misión para el Señor. Yo no le pido nada a cambio, creo que ya me ha dado mucho. En lo que El quiera bendecirme, ya sabe lo que necesito y conoce los deseos mas profundos de mi corazón.
Cuando me relevaron mi presidente de estaca me preguntó qué significaba la placa para mí... Sin titubear le dije que eso era mi gozo, mi luz, mi vida, y mi salvación. Creo que nadie sabe como me siento ni lo que traigo conmigo. Siempre hay algo más que a simple vista no se ve.
Lo que yo traigo para la vida es un compromiso mayor para cumplir los mandamientos. Traigo un mayor deseo de honrar lo que fui como misionera y servir con todo lo que tengo. Yo se que no soy nada pero solo quiero hacer las cosas diferentes y mejor que en el pasado.
"Aprende del pasado. Preparate para el futuro. Vive el presente." Thomas S. Monson
