Ayer aprendí la lección que da conclusión a mucho de lo que he experimentado estas ultimas semanas, lo cual en realidad me conmovió mucho porque ciertamente ví el proposito de todo esto, que consiste en hacerme una joven mas fuerte y dependiente de Dios.
En palabras simples, ayer comprendí claramente que cuando ponemos nuestra confianza en Dios y esperamos el mejor resultado, dispuestos a someternos a su voluntad, las cosas funcionan de una forma perfecta dirigida para nuestro bien y felicidad. Testifico de eso. Cuando pedimos sin ninguna duda, se nos he concedido.
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