domingo, 17 de marzo de 2013

Ir a la Misión

Voy a ir a la misión... ¡Quiero ir de verdad, siempre he querido!

Desde siempre

Empecé el proceso cuando estaba cerca de cumplir 21 años y luego lo dejé debido a que empecé a salir con un chico que me gustaba muchísimo, al fin había encontrado a un chico muy bueno que también me atraía mucho. Al fin me sentía muy a gusto con alguien, las sensaciones bonitas por alguien que en realidad me gustaba en todas las formas, habían vuelto. No quería seguir enfocandome en la misión sino enfocarme en la relación con mi novio, el cual podía prometerme un futuro juntos quizá. Rompimos y luego decidí regresar al plan original de irme a la misión, pero en eso se me dió la oportunidad de trabajar en un buen lugar que me iba a dejar una buena experiencia laboral (que ahora me ha abierto muchas puertas), me ofrecieron el trabajo y acepté con el mayor de los gustos. Decidí entonces trabajar un año, luego estudiar un semestre en BYU y luego irme a la misión.


Opportunidades

Trabajé un año en Salt Lake City y luego me mudé a Provo para asistir a BYU en Junio de 2012. Empecé las clases, me fui de viaje, reflexioné y concluí en que mejor iba a seguir estudiando y aprovechando las oportunidades que me vinieran. A lo mejor también en éste otro rato se me daba la oportunidad de conocer a un chico especial. En Noviembre me ofrecieron la oportunidad de trabajar en una pasantía para una de las mejores firmas financieras del mundo en California. Acepté con mucho gusto trabajar con ellos el verano del 2013. Una pasantía como esa me va a dejar muy buen record laboral.

Saliendo con chicos pero nada serio

He salido con una numerosa cantidad de chicos, lo cual me agrada mucho porque eso me ha ayudado a crear un perfil de aspectos en mi persona que tienen que mejorar como también apreciar aspectos en los chicos que me atraen mucho. He salido con muy buenos jóvenes, no me quejo en sobremanera de ninguno, todos me han tratado muy bien, me he divertido mucho con ellos, me atrevo a decir que me han regalado las mejores citas que a cualquier chica la derriten, pero nada concreto ha podido funcionar, lo cuál está bien, estoy joven. Y si llego a los 30 y sin casarme ¡mucho mejor! Pues tendré más tiempo para mí, para viajar, conocer y prepararme.

Quiero que mi vida sirva de algo más

La verdad es que tengo tanta sed por servir y convertir mi vida. El evangelio cambia mi vida a menudo, se que no tengo que ir a una misión para convertirme pero se que toda persona que va a una misión tiene que dejarse convertir--pasa porque pasa. 

Quiero hacer de mi vida algo extraordinario, algo inigualable, quiero ser una influencia en este mundo falso y embustero, para que muchas personas sean más felices y que sus vidas sean mejor. La mía me la hicieron mejor unos misioneros que pasaron por mi casa y me enseñaron de la verdad de todas las verdades de éste mundo, yo sé de la necesidad de personas allá afuera sin la verdad del evangelio. Ni siquiera tengo palabras para expresar como Dios me ha ayudado a progresar en todos los aspectos. Mucha gente de cualquier religión habla de MISERICORDIA, ahora la entiendo mejor, Dios ha sido tan misericordioso conmigo que en vez de dejarme pagar por las consecuencias de mis desiciones, me ha bendecido. Ese no es siempre el caso, pero cuando lo notamos nos damos cuenta que en verdad la palabra MISERICORDIA DIVINA existe, y sentimos que es cierto muy dentro de nosotros.

Feliz al final

Siento que si en ésta vida no hago nada por las demás personas, todo lo que logre en su lugar será en vano. Entonces todo lo demás no me importa, la oportunidad de estudiar en una de las mejores escuelas de negocios del mundo como BYU Marriott School of Business, puede esperar, se que mi Padre Celestial me ayudará y preparará el camino como lo ha hecho hasta hoy la verdad. Cerca del final de mi vida me voy a sentir mejor de saber que mi vida fue para algo más que para mi familia y amigos, sino también fue para muchos desconocidos que no hubiera conocido si nunca hubiera ido a una misión.

Un poco de mi legado para mis futuros hijos, para quienes me preparo y hago todo lo que hago.



“Extendamos la mano al mundo en nuestro servicio misional, enseñando a todos los que deseen escuchar acerca de la restauración del Evangelio, hablando sin temor, pero también sin pretensiones de superioridad mística, de la Primera Visión, testificando del Libro de Mormón y de la restauración del sacerdocio. Pongámonos, hermanos y hermanas, de rodillas y supliquemos hallar la oportunidad de llevar a otras personas al regocijo del Evangelio” - Gordon B. Hinckley

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