domingo, 12 de mayo de 2013

Doce de Mayo

Quizá un ángel que no necesita alas, con un corazón que derrite el mío, y una sonrisa que me hace feliz. Su presencia es un regalo, ahí anda ocupado cambiando el mundo, con su sonrisa cambia el mío. Compartimos la misma alma quizá.

Despertó de un sueño, se sentía abrumado y nervioso. Se fue al parque, cruzó sus brazos y bajó sus pupilas pensando en las preguntas a las cuales se responde con un sí. Ahora talvés yo tenga una pregunta para él; una de esas.

De camino a casa la canción en la radio decía, "talvés solo tengamos ésta noche." Desconsolada, inmediatamente supe que aquella frase iba a ser literal. Luego, cada canción me recordaba de todo lo que toda esa noche y parte de la madrugada fue.

Sabiendo la aproximación de una ruptura definitiva, me fuí lejos para olvidarle. Traté de ser feliz con lo que me hacía feliz. Creí que estaba lista para volver. Regresé una media noche lluviosa e inevitablemente pasé por todas las avenidas en las que habíamos andado sin que ninguna otra cosa importara. Me sentí débil otra vez para construir mi nueva vida sin su amor; al recordarle quería estar otra vez con él.

Hay quienes quieren un amor como el de las películas, pero en las películas nadie está enamorado de verdad. Además, en las películas ellos lo hacen ver siempre tan perfecto y ponen la canción más perfecta en el fondo. Al final siempre hay una resolución, pero en realidad... La vida real dura más de dos horas.

Ahora, aquí enamorada de otros sueños donde ningún pasado aparece, y los presentes que aparecen pueden elegir quedarse o no, pues solo son pocos los años que me quedan.

Han sido días sin combinaciones de palabras, me he quedado con las simples y sencillas. Han sido días en los que compruebo que siempre es mejor abrazar cuando se puede. Han sido días en los que nada ha importado más. Han sido días en los que veo como ciertos momentos se van para siempre al día siguiente.



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