lunes, 27 de mayo de 2013

Conocerte Es Quererte

Conocerle es quererle, solo ver su sonrisa hace que tu vida valga la pena.
No es la forma en la que sonríe la que toca mi corazón.
No es la forma en la que besa la que me eleva. No se da cuenta cuánto le necesito, quiero quererlo todo el tiempo y nunca dejarlo.

Me llevó a creer que el amor es más que tomarse de las manos, espero que vea que me encantaría quererle más. Esto es algo porque sino no me sintiera así, no hay que cuestionarse un por qué. Simplemente es difícil quererle. Muy difícil quererle.

Muy cerca, para susurrarle al oído que estoy enamorada de él, pero es como dos realidades distintas. Es como que exista la realidad soñada del amor sin nada más que preocuparse y sin necesidad de un lugar al que ir por la vida; y la otra realidad donde mi cabeza está en el lugar donde debe estar, una realidad con caminos y rumbos dirigidos a la realización de mi vida entre otras uniones de almas.

"Hay que enamorarse inmediatamente," dicen por ahí. Es lo que naturalmente tiende a surgir, y de ahí un amor rebelde con asociaciones de penas y olvidos.

Soy el nada de una propuesta y quizá un error que pasa a ser reincidente.

Lo malo es que hay mucho con lo que soy feliz y con lo que ir a ser feliz, y eso está fuera de mis manos. Uno hace de sus días como uno quiere. El amor no es una posesión, el amor no espera. El amor necesita expresión viva y constante.


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