miércoles, 12 de junio de 2013

El Llamado

Escucho el llamado y quiero dirigir mis pensamientos a mi Padre Celestial abandonando todo lo demás. Mi carne ha sido frágil... Me lleno de imperfección a menudo, pero se que existe un camino para volver con un corazón quebrantado y un espíritu contrito.

Quiero fortalecerme en la riqueza de espíritu porque es lo que me ha sostenido en momentos difíciles en mi vida. Quiero guardar mis promesas y convenios, ser guiada a esos que están sedientos, y con fe y fuerza declarar las buenas nuevas del evangelio.

Le daré 18 meses de mi tiempo a la obra de redención de mi Padre Celestial, Él me ha dado tanto que no dudaría en compensarle con mi vida. Se que lo que compartiré con las personas es verdadero, he visto Su mano en mi vida y se que Jesucristo es un Dios que vive, se que su iglesia ha sido restaurada nuevamente sobre la tierra en estos últimos días. Se que su iglesia no la dirigen hombres, la guía Jesucristo mismo y prepara a sus miembros para que se perfeccionen.

Iré y haré lo que Dios ha mandado porque se que Él nunca da mandamientos a los hijos de los hombres sin antes prepararles la vía para que cumplan lo que les ha mandado.


No hay comentarios:

Publicar un comentario