Llegada la noche, ya yendome a dormir... Muero por cerrar mis ojos. Tuve un día con tiempo apretado como siempre de Lunes a Viernes. Tan apretada la agenda que ni me acuerdo de vos, eso me da mucho gusto porque me siento libre, pues no cabes en mi mente ni en mi espacio. Inevitable.
Yo aquí soñando entrelíneas antes de cerrar mis ojos, una vez los cierro ya no me gusta pensar porque más me interesa dormir y descansar. Ya dejé de lado las locuras nocturnas de que la vida sigue y que no existe el descando, ay ay ay pues a estas alturas ya poseo cuerpo agotado, ya no me dá para esas cosas. Solo se que después del chocolate viene la calma.
Soy breve. Había una vez un yo...
Ahora los minutos se detienen cuando quiero que corran; no estoy con nadie, solo conmigo y mi sonrisa vagabunda. Me resulta extraño caminar despacio, me dejo existir y la vida me pasa por los ojos. Los instantes me radican belleza, alzo la vista y luego me libero.
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